01 mayo 2006

Demasiada introspección

La búsqueda de la salud mental por medio del análisis de sensaciones y sentimientos, puede resultar en una especie de astrología en la que el exterior se refleja en el interior.
A partir de esto a nadie no se le ocurre que moviendo algo en el interior, su reflejo se moverá en el exterior. Esto, como en la astrología, no puede ser más que un error.

Algo parecido pasa cuando se descubren las cosas que, en la infancia, dejaron marcas.
Resulta lo más lógico, entonces, pensar en las marcas que dejará cada cosa que nos pasa en el presente. Aquí el error radica en que ya nunca seremos ese niño al que mordió un murciélago. Ya estamos nosotros más grandes, nuestros padres más viejos y las arañas, en proporción, nos quedan chicas.

Al caer en estas trampas vemos como la gente, buscando lícitamente su felicidad, reclama a sus padres lo que le deben sus parejas, a sus parejas lo que le hicieron sus padres y a sus hijos lo que nunca podrán cambiar de sus propias infancias.

Si no damos a la introspección el valor justo terminaremos preguntándonos qué sentimos, o culpando a nuestros padres en medio de un terremoto.

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Tengo 22 años y me siento medio larva para hablarle a un padre... jeje, hasta ahora he sido hijo y pareja nomás, pero:

clap - clap - clap

Sin palabras, brillante.

3:07 a. m.  
Blogger cachetazoalaviolencia said...

Gracias, Murcia.

Juan Manuel, yo ya soy más que pupa para decirte "a tu edad ya estaba casado y tenía una hija...", pero es más importante ser pareja que padre (los hijos nacen para irse, tu mujer puede acompañarte para siempre)

Mari, no sé si estoy en contra de la psicología totalmente, tampoco sé si realmente el psicólogo te dice que todo es culpa de tus padres. Sólo señalo como uno puede meter a los seres queridos en el koinor de las sensaciones y la imaginación.
¿a quién pateamos cuando soñamos?

10:16 a. m.  
Blogger El Mostro said...

"y a sus hijos lo que nunca podrán cambiar de sus propias infancias." Esto me pareció muy inteligente. Tengo un hijo de 17 y es ... igual a como yo hubiese sido, de no mediar el maldito Proceso. Me basta pensar en esto para comprenderlo y amarlo. Y para Mari de Mardel y sobre la psicología, nunca hice terapia, creo que no lo necesité, pero estoy casado con una (le falta así de poquito) psicóloga y no es de las que echan toda la culpa a los padres. Tal vez porque quedó huérfana a los 7 años. Esto le da una visión muy particular. Saludos desde Mosterio.

7:42 p. m.  

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