06 junio 2006

Introspección ajena

Agrego dos cosas, los efectos de vivir catalogando sentimientos internos en los familiares y seres queridos, y la lectura de gestos, que surge de suponer el resultado de la introspección ajena.

Vivir sopesando sentimientos, culpas, dolores y demás geografía interna coloca naturalmente cosas internas en el exterior y , ahí el peligro, cosas de externas (del tamaño de un marido) adentro de la tormenta que cada situación nos desata.
Un ejemplo para resumir: quien sueña que patea, patea a quien está en su cama sea cual fuere el motivo o significado del sueño.

-Qué te pasa?-(pregunta alguien que imagina, o conoce, abusos paternos, fobias, heridas abiertas, angustias, inclinaciones, falencias, culpas, etc. y pregunta con el diagnóstico listo)
-Nada- (contesta un mamífero que está más viejo que nunca, más gordo y pelado, que si se calma y respira profundo, el oxígeno le quema las células por dentro. Pero no le pasa nada, o por lo menos nada de lo que su interlocutor sea culpable)
Y se desencadenan un puñado de reacciones; que siempre con cara de culo, que no podés tragarte todo, que a mi no me engañás, que yo que te hice. Y donde entra el yo todo se mezcla con la licuadora de las sensaciones propias, donde no sólo no creemos que el otro no esté mal, sino que seguramente algo habremos hecho o dejado de hacer.
¿Podemos saber qué significan las caras de los demás si tanto nos cuestan nuestros propios significados?

Vuelvo al ejemplo del terremoto, con el agregado de leer las caras y gestos de los demás con lo que hicieron sus padres, y los padres de sus padres, mientras la tierra tiembla.

Ampliaremos.

1 Comments:

Blogger cachetazoalaviolencia said...

qué cosa!, no?...

7:00 p. m.  

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